lunes, 15 de febrero de 2010

NWA 4734. La Luna en mis manos

Durante los años que cursé la carrera de geología, empecé a hacer una colección de muestras geológicas para reforzar el estudio a "visu" de minerales, rocas y fósiles. Al acabar la licenciatura, he continuado la colección pero de una forma más espaciada y selectiva.

La última pieza que he adquirido para la colección es un pequeño trocito de la Luna... Se trata de un fragmento de 21 mg del meteorito de origen lunar: NWA 4734.

Fragmento del meteorito NWA 4734 (el cubo azul de la parte superior tiene 1 cm lado)

De pequeño me gustaba mirar la Luna. Lo hacía desde el campo de olivos de mis abuelos, cerca dels Reguers (Tortosa), con unos prismáticos potentes que tenía mi padre. De esta forma, os podéis imaginar la alegría que ha sido para mí poder tener un pequeño trocito del satélite natural de la Tierra.

Pues bien, nos podríamos preguntar cómo ha llegado desde la Luna hasta mí esta pequeña muestra que tengo en las manos... La verdad, es que tiene una historia muy interesante y llena de incidentes cósmicos.

Para empezar, explicaremos la formación de la Luna. Hay varias teorías, actualmente la más aceptada por los científicos es la del cataclismo. Mirad el siguiente documental que explica de una manera sencilla y gráfica esta teoría.


La Luna, como cualquier astro, está sometida a los continuos impactos de bólidos y meteoritos. Si uno de estos cuerpos tiene una masa suficientemente grande e impacta sobre su superficie con una determinada velocidad, los fragmentos generados por el choque podrían salir disparados de la propia gravedad lunar, esto se conoce como velocidad de escape.

Aunque no se conoce exactamente cuando, hace unos millones de años, un meteorito impactó en uno de los mares de la cara oculta de la Luna, debido al gran choque, parte del material lunar que se desprendió por el impacto superando la velocidad de escape y saliendo fuera de la órbita del satélite.

Cara oculta de la Luna (colmada de cráteres de impacto)

Estos trozos de Luna, desprendidos por el gran impacto, han estado errando por el sistema solar durante milenios. Finalmente, uno de estos fragmentos, fue atraído por la gravedad de la Tierra y cayó al NW de África, sobre el actual Marruecos. En el año 2006, fue descubierto por unos nómadas que lo vendieron a A. Habibi a Rissani (Marruecos).

Posteriormente, este meteorito, ha sido estudiado y validado por la Washington University in St. Louis (os recomiendo el artículo emitido por esta universidad sobre el NWA 4734) se ha clasificado como una acondrita de tipo lunar.

Una vez estudiado, una parte de este meteorito se puso en venta, a precios muy caros debido a la singularidad del material. A modo de ejemplo, decir que mi muestra, de sólo 0.021 gramos, me costó unos 20 euros. La adquirí en el miembro 4.682 de la International Meteorite Collectors Association (Greg Catterton). A pesar de la reducida medida de mi fragmento lunar, es bastante representativo ya que se observa la textura granular de los fenocristales de plagioclasa y piroxeno de la acondrita.

Mi fragmento de NWA 4734 (dentro de su cajita de protección)

Resumiendo, este trocito de la Luna que ahora tengo en mis manos a sufrido, como mínimo, 3 impactos: el del planetoide CIA, en la formación de la Luna; el del choque del meteorito que desprendió de la superficie del satélite y, cuando él mismo, se convirtió en un bólido al ser atrapado por la gravedad de nuestro planeta. Por lo tanto, primero fue material terrestre, luego fue lunar, después un asteroide errante por el espacio y finalmente a vuelto a la Tierra... trepidante y fantástica historia, ¿no creéis?

...Y yo regresé al campo de olivos de mis abuelos, un día de Luna llena y estrellada, y la miré al cielo dejándome impregnar por su luz plateada, mientras en mis manos la sostenía y la podía sentir, mientras esperaba que ella partiera en aquella fría madrugada...