jueves, 1 de septiembre de 2011

New York, Washington... Cinco días de sueño americano

En esta ocasión me he sentado frente al ordenador con especial ilusión y con muchas ganas de contaros mi experiencia por tierras norteamericanas, más concretamente, de mi estada por la mágica ciudad de Nueva York y por la capital de Estados Unidos, Washington.
 
Este viaje es un regalo de mis padres… he tenido la gran suerte de poder realizarlo junto a ellos, mi mujer y mis sobrinos. Quisiera darles las gracias a los autores de mis días, por querer compartir su tiempo con nosotros (y más, teniendo en cuenta que ya habían estado anteriormente a estos destinos…). Quisiera agradecerles, también, la paciencia que tuvieron, especialmente con mis agotadoras ganas de verlo todo…  :-)
 
Dispusimos de 5 días completos (4 por New York y 1 por Washington): de la tarde del 19 de julio de 2011 hasta la tarde del 24.
   
Estas 2 ciudades, como sabéis, a poco más de un mes desde nuestra visita, han sido actualidad: primero por un terremoto 5,8 grados en la escala Richter y, estos días, por el huracán Irene. Afortunadamente, nosotros “sólo” fuimos testigos de una ola de calor (la peor en 30 años, según nos dijeron), soportable… al menos por los que estamos acostumbrados al bochorno veraniego de nuestra querida Barcelona.
 
Debido al carácter público de este blog, para preservar la intimidad de mi familia (sobretodo la de mis sobrinos), veréis que las fotos que he colgado o no sale nadie o salgo yo solo o salimos inapreciables… En los casos puntuales de no disponer ninguna foto apropiada, he tomado alguna similar de la Web. (n.d.a.)
 
Bien, si os parece, pasaré a relataros como invertimos nuestras 120 horas de sueño americano:
 
 
Martes 19 de julio de 2011
 
Salimos al mediodía del Aeropuerto del Prat de Barcelona, hicimos escala al de Charles De Gaulle de Paris. Después… 8 horas de vuelo transoceánico hacia JFK International Airport de New York.
  
Llegamos sobre las 7 de la tarde (hora local) y nos recogieron en el mismo aeropuerto. Nos trasladaron a los seis, en coche, hasta el hotel The Roger Smith. Durante el trayecto, atravesamos el Condado de Queens, hasta que, por fin apareció, por primera vez, el impresionante Skyline de Nueva York a las últimas luces del atardecer… La entrada a Manhattan la hicimos por el Queensboro Bridge que cruza la Isla de Roosevelt.
 
   Atardecer en Queensboro Bridge desde Roosevelt Island mirando hacia Queens
 
 
Miércoles 20 de julio de 2011
 
Ya des de los primeros instantes quise empaparme de nuevas sensaciones… parecía como estar viviendo en una de esas películas que hemos visto alguna vez de Nueva York: los típicos taxis amarillos transitando a toda velocidad, los coches de bomberos con sus lucecitas de colores y sus estridentes sirenas, gente abarrotando las aceras mientras camina desayunando un donut y se aíslan tras unos auriculares, banderas americanas por doquier, chimeneas humeantes de vapor en las calzadas y… sus edificios: ¡buf!, mi padre ya me había avisado que el primer día me quedaría impresionado con su colosal tamaño: no se equivocó…
 
Esa mañana teníamos contratada una excursión en autocar por todo Manhattan. Es una excelente opción que os recomiendo, ya que nos hacemos una idea general de la magnitud de la ciudad y tenemos un primer avistamiento de los lugares más importantes que veremos en detalle posteriormente. Primero fuimos subiendo por la zona este de Manhattan, haciendo una parada a la catedral anglicana de St. John the Divine. Después, entramos al barrio de Harlem (también incluido en nuestro itinerario) donde pudimos admirar sus típicas casas de estilo holandés, la Universidad de Columbia o el mítico Teatro Apollo.
 
El Apollo Theater, en pleno Harlem
 
Proseguimos, entrando de nuevo a Manhattan, ahora por su zona este, atravesando de punta a punta toda la “Gran Manzana” y haciendo alguna parada más en nuestro recorrido. Nos apeamos en el Robert Wagner Park, clásico mirador de la isla de la Estatua de la Libertad.
 
Según nos recomendaron, para tener una privilegiada panorámica de la Liberty Statue, era interesante embarcarnos al ferry gratuito que va hasta Staten Island. Durante el trayecto, no sólo admiramos la icónica estatua, también pudimos contemplar una bella instantánea de los rascacielos de Manhattan South, el espectacular puente de Verrazano y otras vistas de la bahía de Nueva York. La visita a la estatua la dejamos para el último día.
 
Isla de la Estatua de la Libertad des de nuestro ferry a Staten Island
 
Por la tarde nos dirigimos al Financial District, donde visitamos la Charging Bull Sculpture (la conocida escultura del toro), Wall Street, el Federal Hall (lugar donde fue investido George Washington como primer presidente de los EE.UU.) y la Bolsa de Nueva York.
 
Frente la Bolsa de Nueva York
 
De Wall Street, deshicimos nuestros pasos para visitar la acogedora Iglesia de la Trinidad. Después, a los pocos minutos, llegamos a la Zona 0… con tristeza recordamos los atentados perpetrados a las Torres Gemelas (de aquí 10 días hará 10 años...) y fuimos testigos de las obras faraónicas que están realizando en el World Trade Center Site.

Estado de las obras en la Zona 0 el día de nuestra visita
 
Desde la Zona 0, fuimos a City Hall Park. Desde este parque, pudimos acercarnos y admirar el rascacielos Woolworth Building, el Municipal Building y los Tweed Courthouse.
 
Nuestro siguiente destino fue el Brooklyn Bridge. Siguiendo su zona peatonal, alcanzamos la mitad del mítico puente. Desde allí tuvimos firmes vistas del Manhattan Bridge y de toda la zona sur del East River.

Mi padre y mi ahijado regresando a Manhattan por el puente de Brooklyn
 
Una vez acabada nuestra visita, regresamos al hotel con el Metro de Nueva York… otra buena y cómoda experiencia que fuimos repitiendo a lo largo de nuestro viaje.
 
 
Jueves 21 de julio de 2011
 
Después de desayunar, nos dirigimos a la Quinta avenida y, una vez en ella, empezamos a caminar en dirección sur. Durante nuestro paseo, pudimos contemplar la silueta inconfundible del Chrysler Building, pasamos por la NY Public Library y por el Empire State Building (aunque dejamos su subida para el día siguiente, ya que esa mañana había poca visibilidad). Finalmente llegamos al Madison Square Park, donde pudimos jugar con unas sociables ardillas. Desde este famoso parque pudimos admirar la Met Life Tower (con su característico reloj) y dirigirnos al Flatiron Building, conocido coloquialmente como “la Plancha”…
 

Ante el Flatiron Building en Madison Square Park
 
Desde el Madison Square Park remontamos, ahora, en dirección norte la Sexta avenida. Pasamos por sitios emblemáticos como la Grace Plaza, la conocida Radio City Hall o el Hilton. Finalmente, nuestros pasos nos llevaron al Museum of Modern Art (MOMA). La visita al museo fue relativamente corta (unas tres horas) pero pudimos ver todas las piezas más significativas.
 

Con mis sobrinos visitando el Museo de Arte Moderno de Nueva York
 
Aquel día decidimos almorzar de picnic a la sombra de Central Park. Compramos la comida en un típico puesto de “hot dogs” a la entrada del parque. Después de la agradable comida familiar, nos dejamos perder por los paseos del impresionante parque.
 

Mis padres paseando por Central Park
 
Salimos del Parque Central por la Quinta Avenida en dirección sur, pasando por la estatua Memorial a la División de Infantería y por el Templo Emanu-El. Finalmente, llegamos a Grand Army Plaza donde se encuentra la elitista zona comercial, con tiendas como: FAO Schwarz, Tiffany, Armani... Continuando por la Quinta avenida, visitamos la Trump Tower y, poco después, llegamos a la espectacular y neogótica St. Patrick's Cathedral.

Acabado nuestro receso en la catedral católica de Nueva York, cruzamos la calle para visitar Rockefeller Center. Lo primero que nos topamos fue con la estatua de Atlas Sosteniendo al Mundo. Entre los altos edificios del complejo encontramos los Channel Gardens y la Rockefeller Center Plaza donde, entre otras cosas, pudimos admirar la estatua de bronce, de Paul Manship's que representa la leyenda griega sobre el Titán Prometeo. En Rockefeller Center también encontramos la tienda LEGO que hizo las delicias de mis sobrinos.

Atlas Sosteniendo al Mundo frente Rockefeller Center
 
Después de la cena, toda la tropa nos pusimos las mejores galas y nos dirigimos hasta Times Square en Broadway. Es realmente impresionante quedarte sentado en la grada, montada expresamente allí, y admirar los “trillones” de vatios de luz y de color que nos envuelven… sentirte pequeño… entre tanto anuncio luminoso, teatros y limusinas.

La vista que teníamos de Times Square des de la grada habilitada en Broadway
 
 
Viernes 22 de julio de 2011
 
Al despertar, con gran alegría, vimos que ese día sí teníamos el cielo despejado. A primera hora, nos dirigimos al Empire State Building para evitar colas. ¿Y qué os he de decir yo del Empire? Nueva York no se habrá visto si no subes a su azotea, emulando a King Kong, y disfrutas la panorámica que se abre ante nuestros ojos…
 

Oteando el infinito… des de la planta 113 del Empire State
 
Después de “desayunar en el rascacielos”, nos trasladamos al American Museum of Natural History. Como geólogo y profesor de ciencias naturales, era para mí una visita obligada… ¡y como disfruté! Es un museo para pasarte varios días… nosotros estuvimos unas horas pero, al igual que en el MoMa, aprovechamos bien el tiempo y lo vimos todo de forma óptima.

Mi padre posando tras el esqueleto original de un gran saurópodo

Acabada de la visita al museo de historia natural, paseamos un poco por West Side, pasando por el Edificio Dakota (donde vivía y asesinaron a John Lenon) y por las típicas casas de este barrio neoyorquino. Durante nuestra ruta, aprovechamos para hacer una "comida típica" en un McDonald’s (sí... era casi obligatorio, estando en Estados Unidos).  XD
 
Edificio Dakota, en West Side, frente Central Park
 
Terminada la visita, tomamos una vez más el metro y nos apeamos en Grand Central Terminal, estación de bella arquitectura y recomendada en muchas guías que consultamos. Desde allí, anduvimos hasta la United Nations: no pudimos entrar… pero pudimos pasear por sus exteriores y fotografiar el famoso monumento pacifista Knotted Gun Sculpture.

Knotted Gun Sculpture, en los jardines de la ONU
 
 
Sábado 23 de julio 2011
  
Todo este día estuvo reservado para la visita a la capital de Estados Unidos. Madrugamos y subimos al autocar que nos tendría que llevar hasta Washington. Ya sólo el desplazamiento valió la pena: las dos ciudades están separadas por más de 300 kilómetros y se pasa por 5 estados diferentes: New York (capital NYC), New Jersey (Trenton), Delaware (Dover), Maryland (Anápolis) y Distrito de Columbia (Washington).
 
Poco después de abandonar la ciudad de Nueva York, entramos ya en el estado de New Jersey. Avanzando por una autopista rodeada de naturaleza llamada Garden State Parkway (cerca del vecino estado de Pensilvania) continuamos hasta Delaware. En este estado entramos por el magnífico Delaware Memorial Bridge y seguimos por la autopista Delaware Turnpike.
 

Delaware Memorial Bridge
 
No tardamos en dejar el estado de Delaware y pasar al de Maryland, ahora avanzando por la John Kennedy Memorial Highway. Antes de llegar a la ciudad de Baltimore, cruzamos el Susquehanna River pudiendo ver, a mano izquierda, la Garrett Island. Finalmente, después de más de 3 horas de ruta, llegamos a la capital del país.
 
En la ciudad de Washington ya nos estaba esperando el guía local ("el licenciado") que nos acompañó todo el día. Nuestra primera parada fue en el Cementerio de Arlington, donde visitamos el impresionante complejo, la Arlington House y la tumba de John Kennedy. Finalizada la visita al cementerio, nos dirigimos al famoso Monumento a Iwo Jima, conmemorativo a la batalla de igual nombre de la Segunda Guerra Mundial.
 

Estatua a Iwo Jima, con el Washington Monument (obelisco) y el Capitol al fondo
 
Después de una parada en los exteriores del Pentágono, cruzamos el río Potomac, por el Arlington Memorial Bridge, llegando a Lincoln Memorial donde pudimos visitar el Monumento a Lincoln, la Reflecting Pool y los memoriales a las Guerras de Vietnam y Corea.

Posando frente al Lincoln Memorial
 
Nuestra siguiente parada fue la Casa Blanca, pasando por Jefferson Memorial y el monolítico Monumento a Washington. Paseando hacia The White House, visitamos la St. John's Church, el Lafayette Park (donde se encuentra la estatua ecuestre de Andrew Jackson) y la Blair House.

Foto de la Casa Blanca tomada desde la reja perimetral
  
Subidos de nuevo al autocar, nos llevaron a visitar el impresionante Capitolio y el Mall. Después de una rápida comida, aun nos quedó tiempo para visitar el Museo Nacional del Aire y del Espacio, donde pudimos hacer un intensivo paseo por la historia de la aeronáutica.

Luego… unas horas más de viaje de vuelta y, ya llegando a Nueva York, tuvimos un regalo visual que valió por todo nuestro viaje... me explico: antes de entrar a Manhattan, pudimos contemplar una excelente panorámica de su "skyline" nocturno. Una fotografía no puede hacer justicia a la realidad…
 
Skyline nocturno de Manhattan
 
 
Domingo 24 de julio 2011
 
Nuestro último día, también lo aprovechamos al máximo. Nos dirigimos pronto a Battery Park, en Lower Manhattan. En el histórico Castle Clinton, compramos las entradas para el crucero hasta la Liberty Island. Una vez desembarcados a la pequeña isla, pudimos visitar la famosísima Estatua de la Libertad.
   

Foto-ilustración con los 6 integrantes del viaje frente la Estatua de la Libertad
 
Una vez terminada nuestra imprescindible visita a la Estatua de la Libertad, nos embarcamos hacia Ellis Island, donde se encuentra el Museo de la Inmigración, des de allí continuamos hacia el embarcadero de Battery Park.
 
Paseando nos dirigimos hacia Chinatown, cruzamos todo el Barrio Chino de Nueva York por Mott Street, hicimos algunas compras de souvenirs con los negociantes asiáticos y contemplamos la característica arquitectura de sus casas y el colorido de sus rótulos con grafismos chinos.
 

Instantánea de nuestro paseo por Chinatown
 
Nuestros pasos nos llevaron hasta Little Italy. Aquella pequeña Italia, de gángsters en blanco y negro, ha quedado literalmente ahogada por el crecimiento de la vecina Chinatown. El ambiente es aquí más acogedor, pudiendo comer en alguna de sus pizzerías… si queréis ver la foto que nos hicimos mi padre y yo frente “Umbertos Clam House”, clicad el siguiente enlace del artículo Humberto... no sólo un nombre.
 
La última visita que hicimos en Nueva York, antes del regreso a casa, fue a la renovada High Line. Se trata de una vía de tren elevada abandonada des de los años 60 y reformada con mucho gusto en paseo ajardinado. Atraviesa el Art Gallery District.

Mi mujer paseando por la reformada High Line
 
Y de la High Line al hotel… Sobre las 7 de la tarde (hora local) nos recogieron para trasladarnos al JFK International Airport. La vuelta duró 6 horas y volamos de noche. De nuevo hicimos escala en el aeropuerto Charles De Gaulle de Paris y, des de allí, hacia el de Barcelona.
 
¡Nueva York es inmenso!, pasarías toda una vida en él y seguro no lo habrías visto todo. En cinco días puedes hacerte una buena idea si se planifica y se aprovecha bien el tiempo: aquí os dejo mi testimonio... Espero que os haya entretenido y os sea útil si tenéis intención de visitarlo.
  
¡Quedo a vuestra disposición!