miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Ciclo de las Rocas. Una biografía inerte

La mayoría, cuando pensamos en una piedra, visualizamos a esos entes inorgánicos que nos rodean silenciosos y nos estorban si se meten en el zapato. En general, hay poca consideración hacia el registro mineral, y es normal… ¿qué haríamos si nuestro hijo agarrara del suelo del parque una piedra?, supongo que nos faltaría tiempo para correr sofocados hacia él, le daríamos un cachete a la mano (a fin de que soltara el insalubre matacán) mientras, consternados, le diríamos: “¡NO!, nene… ¡caca!”. No nos confundamos y no confundamos: lo que sujetaba el crío era una noble y rodada caliza del Cretácico, no un excremento...
   
Bromas a parte, lo que sí podríamos llegar a creer es que las rocas son inmóviles y atemporales. Una vez el autor llegó a escuchar esta curiosa frase: “Eterno, como las rocas de las montañas”. ¡Nada más lejos de la realidad!
   
Todas las rocas de nuestro planeta están en continuo proceso de cambio y movimiento. El problema es que este proceso, a escala humana, es imperceptible pero, a escala geológica, es relativamente rápido. Tengamos en cuenta, que si no hubiera habido cambios, estaríamos todavía sobre las rocas originales (aunque algo más gastadas) que se crearon durante la formación de la Tierra… la verdad, es que de aquellos materiales primogénitos ya nada queda.
    
A modo de ejemplo, las rocas más antiguas de la Península Ibérica, ubicadas en Cabo Ortegal (A Coruña), están datadas hace 1.160 millones de años. Por su parte, nuestro planeta, tiene una edad de unos 4600 millones de años. En conclusión, los materiales más antiguos y longevos de España y Portugal, son 4 veces más jóvenes que la propia edad terrestre. Esta evolución/transformación de los diferentes tipos de rocas terrestres es cíclica y continua, y se conoce como el Ciclo de las Rocas.
    
Primero que nada, definamos los términos ciclo y roca:
  • Un ciclo es un conjunto de procesos encadenados que se van sucediendo (a lo largo del tiempo) hasta que esta cadena de fenómenos regresa a su punto inicial, para comenzar de nuevo.

Típica representación del “ciclo” del reciclaje

  • Respecto roca, este es un termino más complejo y ambiguo… desde un punto de vista geológico, podríamos considerar una roca, como una agrupación de uno o más minerales y con un origen exclusivamente natural.

 Roca formada por grandes minerales cristalizados dentro de una masa vítrea

El Ciclo de las Rocas se da en la corteza terrestre y en la parte más externa del manto superior, llamado astenosfera. Si miramos la siguiente imagen (de la Web de Protección Civil), observamos una sección de la Tierra con sus diferentes capas y discontinuidades. El Ciclo de las Rocas, se sucede en la delgadita capa más superficial, por encima de la astenosfera.

Sección del interior de la Tierra con sus diferentes capas

De momento, sólo se conoce un planeta que tenga un Ciclo de las Rocas: ¡el nuestro! Esto, es debido a que la Tierra es el único astro, de naturaleza rocosa, que tiene una tectónica de placas. Me explico: la corteza terrestre está dividida por grandes fragmentos llamados placas. Las piezas de este gran “puzzle” no son estáticas y se desplazan, muy lentamente, por los movimientos convectivos de la astenósfera (semifluida) situada bajo estas placas.
    
El límite entre dos placas puede dar los siguientes movimientos relativos entre ellas: separación, choque y roce. Simplificando, en las zonas de separación, tendremos generación de nuevo material (por ascensión de la roca fundida subyacente) y en las zonas de unión, tendremos la destrucción de material (al haber una subducción de una placa bajo otra, entrando en contacto la inferior con las altas temperaturas del manto que la acaban fundiendo). En la siguiente imagen (otra vez de la Web de Protección Civil) tenemos una representación de algunos bordes de placa y la generación/destrucción de material que se produce entre ellos:

Representación de los límites de placa como generadores/destructores de material
     
Otro factor que en la Tierra exista un Ciclo de las Rocas, es por que tiene atmósfera e hidrosfera. El viento, el agua, el hielo… junto la gravedad terrestre, actúan como agentes geológicos externos que modelan el paisaje y sus rocas. Si nos fijamos en la siguiente imagen (del U.S.Geological Survey) vemos que los agentes geológicos externos, son generados por otro ciclo muy importante, el Ciclo del Agua:
 
Ciclo del Agua, responsable principal de los procesos geológicos externos 
  
Hecha esta introducción, pasaremos a explicar el Ciclo de las Rocas. Adelantar que las rocas se dividen en tres grandes grupos: ígneas, sedimentarias y metamórficas. Se irán definiendo y comentando a continuación.
   
Todo comenzó a partir de un magma. Definimos magma, como cualquier roca en estado fundido.


A modo de ejemplo, en el caso concreto que un magma emerja rápidamente a la superficie de la Tierra, lo llamaremos lava. A continuación, podemos ver un espectacular video, del canal de televisión de National Geographic, donde se muestran imágenes de lava emergiendo y fluyendo, creando nuevas tierras, nuevos paisajes:


  
Si un magma comienza a ascender del manto hacia a la corteza se irá enfriando y, por consolidación magmática, se podrá solidificar dando una roca ígnea o roca magmática.
        

 Tenemos 3 tipos de rocas ígneas, dependiendo de su velocidad de enfriamiento: 
  • Las plutónicas, donde la consolidación ha estado lenta dentro de una cámara magmática al interior de la corteza.
  • Las volcánicas, como hemos visto, por un enfriamiento casi instantáneo, al emerger el magma rápida y directamente a la superficie del planeta.
  • Y las filonianas, formadas en grietas de la corteza y con propiedades intermedias de los otros dos tipos. 
Como ejemplo de roca ígnea, tenemos una roca plutónica muy conocida, llamada granito. Está formada (principalmente) por 3 minerales: cuarzo, feldespato y mica. Se trata de una roca muy dura, homogénea y resistente. Tiene infinidad de aplicaciones, se usa en los bordillos de las aceras, en el balasto de las vías de tren, como roca ornamental, etc.

Corte sobrante de granito, usado para la construcción de las aceras de Barcelona 

Una roca ígnea, por erosión, se puede transformar en un sedimento. La erosión es la suma de tres factores generados por los procesos geológicos externos:

  1. La meteorización, o la fragmentación (mecánica y/o química) de una roca en partes más pequeñas.
  2. El transporte, o el movimiento de estas partículas meteorizadas de un lugar a otro.
  3. Y la sedimentación, o la deposición del material transportado, acumulándose en algún punto, dando un sedimento. 
Si seguimos con nuestro ejemplo, a pesar de las propiedades excelentes que hemos comentado del granito, este puede ser objeto de una meteorización química por la acción del agua (cargada de anhídrido carbónico) y disolver sus minerales, principalmente los feldespatos. Esta descomposición lo convertirá en una roca frágil y fragmentable llamada sauló. Este material tiene muchas utilidades, como grava para la construcción, en jardinería… y es especialmente favorable, para la elaboración de vinos blancos de gran calidad.

Sauló, de los desmontes de la carretera del Coll de la Ventosa, Collserola (Barcelona)
  
Así pues, un sedimento son los fragmentos de una roca que a sufrido una erosión.
   

Si el sauló de nuestro ejemplo se sigue erosionando por medios mecánicos (arrastre fluvial, erosión marina, etc.) se podría llegar a formar una arena de origen granítico.
  
Arena de las playas de Barcelona
    
Los granos o partículas que forman un sedimento, no tienen ningún tipo de unión o cimentación entre ellas (es decir, entre ellos solo hay aire). Si de forma natural, los huecos entre estas partículas son rellenados por algún tipo de material que los argamasa y cementa, diremos que ha sufrido una diagénesis y este sedimento (sin cohesión), se habrá convertido en una roca sedimentaria.
  
   
Si la arena granítica de nuestro ejemplo sufre una diagénesis, se convertirá con una roca sedimentaria llamada arenisca (en nuestro caso, con un alto contenido en cuarzo o sílice). Se trata de una roca que no ha alterado sus propiedades internas anteriores a la cimentación (si pasamos el dedo por encima, notaremos que sus granos de arena nos rascan). Una arenisca debidamente tratada, se utiliza como roca ornamental y se conoce como gres.
  
Arenisca recogida en la trinchera de una carretera cerca de Nijar (Almería)
   
Una roca sedimentaria podría volverse a erosionar, convirtiéndose de nuevo en un sedimento. O, debido a la tectónica de placas, verse afectada a altas presiones y temperaturas llegando a variar sus propiedades físico-químicas y sufrir un cambio estructural, conocido como metamorfismo.
  

Estos cambios estructurales, harán que se transforme en una nueva roca, llamada roca metamórfica. El metamorfismo se puede dar a los tres tipos de rocas que hemos visto: en las sedimentarias, en las ígneas y, también, en las propias metamórficas (si vuelven a ser objeto de un nuevo episodio de metamorfismo).
     

Si la arenisca silícea de nuestro ejemplo sufriera una metamorfosis, el calentamiento y el aumento de la presión le haría recristalizar el cuarzo, adoptando una nueva forma más estable (ahora, al tocar la muestra ya no nos rascará). Este proceso transformará nuestra arenisca silícea con una roca metamórfica rica en cuarzo, llamada cuarcita.
         
Fragmento de cuarcita recogida en un afloramiento cerca de Almagro (Ciudad Real)
    
Para completar el Ciclo de las Rocas, una roca metamórfica (como hemos visto) se podría volver a metamorfizar o, también, se podría erosionar y convertirse, nuevamente, con un sedimento. Pero si es sometida a una mayor temperatura y presión, podrá alcanzar su punto de fusión y acabar (literalmente) derritiéndose, convirtiéndose, de nuevo en un magma.
      
Ciclo de las Rocas completo
    
Para algunos colegas, las rocas ígneas y las sedimentarías, también por fusión, podrían convertirse en un magma. Personalmente, creo que estos dos tipos de rocas, antes de fundir (por muy rápido que sea el proceso), habrán cambiado poco o mucho sus propiedades y, por tanto, se habrán convertido con una roca metamórfica.

Las muestras presentadas en este escrito, son de mi propia colección. Quisiera recordar que hemos de ser muy concientes a la hora de recolectar una muestra en el campo: antes de recogerla y llevárnosla a casa, preguntémonos si realmente la necesitamos o va a terminar a la basura... Hemos de informarnos (¡siempre!) si el paraje o afloramiento está protegido. Si se pueden tomar muestras, pedir siempre los permisos pertinentes al organismo competente o propietario. No debemos usar instrumentos contundentes para su recolección... intentemos coger las piedras ya dispersas por el suelo. Pensad que la recolección furtiva de muestras geológicas es un delito.

Y aquí termina la historia de aquel magma que un día ascendió de las profundidades convirtiéndose en un firme y coriáceo granito. Estuvo cerca de nosotros, se transformó, maduró y regresó, de nuevo, a las entrañas de la madre Tierra... para volver a renacer, tarde o temprano.
  
¡Espero que os haya gustado!