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domingo, 18 de diciembre de 2016

Los inmateriales "Valors Castellers"

Prefacio

Después de 7 años escribiendo un post, mensualmente y de forma ininterrumpida en este blog, voy a aparcar esta creación periódica de forma indefinida.

Los que me conocéis, sabéis que durante este largo periodo he tenido que sufrir la peor etapa de mi vida y... el tener que "obligarme" a escribir cada mes, ha mantenido activo mi cerebro y mi autoestima.

Escribir es una bonita forma de querer a tu mente... ¡de quererte a ti!

Hoy, siete años después de ese primer post, la situación de mi vida se ha estabilizado. Esto ha sido, en primer lugar, por encontrar trabajo indefindo! Pero la causa principal de mi recuperación es, sin ninguna duda, que he conocido a Marta: ¡mi pareja! Ella decidió quedarse a mi lado hace dos años y medio... ¡y decidió a hacerlo en el peor momento de mi vida! Y yo, me agarré fuertemente a su brazo, encorvado, agonizante y empecé a caminar de nuevo... a caminar hasta lograr ser más fuerte hoy, de lo que he sido nunca.

Marta acompañándome por el tortuoso y angosto camino del Congost de Mont-rebei y... ¡de la vida!

También, estos últimos años, me hecho Casteller. Los ensayos semanales, el contacto con gente tan variada, su forma de obrar en la vida... me devolvió la luz de las tinieblas... de aquellas terribles tinieblas que fui abandonado (recordad mi escrito de hace una año: Tocando el Sol... desde "Bajo").

Colocado en la posición de bajo de un 4d6, en la diada de Remolins 2016

Esta sana afición me ha hecho madurar y me ha forjado, ¡para siempre!, unos firmes valores Castellers... valores que son el motivo de este último escrito:


Els Valors Castellers

¡Me gusta hacer Castells! Me gusta pensar que un grupo de personas nos reunimos con el único propósito de crear "construcciones humanas", de crear "monumentos" espectaculares sólo empleando nuestros cuerpos.

El espectacular primer 4d10fm, descargado por els Minyons de Terrassa, Noviembre 2015, Fuente

Hacer Castells siempre se ha considerado una combinación de fuerza, equilibrio, valor y cordura... ¡y es cierto!, sin estos cuatro factores no sería posible el levantamiento de estas efímeras pero eminentes "edificaciones". Construcciones hechas con y por personas.

Pero, no olvidéis nunca que: ¡Ser Casteller no es sólo hacer Castells!

Les Colles están formadas por individuos que, juntos, integran un heterogéneo grupo humano. La unión y compañerismo de toda esta gente, a veces tan diferente, se fundamenta por unos sólidos "Valors Castellers".

Y es que si els Castells han tenido el reconocimiento internacional de convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO es, en buena parte, gracias estos intangibles valores.
¿Pero qué son realmente els " Valors Castellers"?

Por definición, "valores" son los principios ideológicos o morales por los que se guía una sociedad concreta. En el caso dels "Castellers", se trata de unos fundamentos, los cuales todas las personas que formamos parte de este colectivo respetamos y compartimos. Y los respetamos y compartimos no sólo cuando levantamos els Castells... sino: ¡siempre!, como modo de vida... porque ser Casteller: ¡implica su aceptación!

La actividad Castellera se fundamenta por unos indiscutibles "Valors Castellers", Fuente

Tal vez, algunas personas les costará más asimilarlos y hacer suyos estos princípios. En estos casos, el resto de compañeros, tenemos la obligación de hacer pedagogía constructiva de estos valores y, sobre todo, predicar con el ejemplo.

No hay un decálogo de "Valors Castellers"... aunque, como veremos, estos principios se rigen por un irrefutable sentido común. A continuación, os remarco los que yo considero más importantes:

  • Les colles son entidades inclusivas abiertas a todas las personas sin distinción. Dentro hay cabida para todos: niños y niñas, personas mayores, altos, bajos, gordos, delgados, fuertes, débiles... Esto es así, porque se desarrolla una actividad en la que todos y todas somos necesarios.
  • Les colles son centros de amistad, convivencia plural, civismo y comunicación intergeneracional.
  • Les colles son espacios de solidaridad, cohesión, tolerancia e integración... son espacios donde encontraremos, con toda normalidad: inmigrantes de todo el mundo, Castellers con cualquier tipo de discapacidad o población con graves riesgos de exclusión social.
  • Los castellers y castelleres tenemos una gran capacidad de resiliencia: unidos somos capaces de superar las peores adversidades personales y colectivas.
  • Somos grupos humanos donde se fomenta el trabajo en equipo y el espíritu de superación.
  • En los ensayos se aplica una necesaria disciplina, realizando pruebas metódicas y rigurosas, para poder alcanzar unos estimulantes objetivos comunes.
  • Se toman decisiones que permiten garantizar la seguridad de todos sus integrantes (teniendo especial cuidado de los niños), ofreciendo una imagen pública responsable y sensata.
  • Les colles son un ejemplo de modelo asociativo, participativo y democrático. Podemos ser críticos pero siempre constructivos... y tener absoluto respeto a las decisiones de los responsables (técnicos, cap de colla...). Recordemos que esta jerarquía, fue elegida democráticamente por la mayoría de asociados.
  • Hacer Castells es, y debe seguir siendo, una actividad de ocio no consumista y exclusivamente amateur.
  • Els Castells, a pesar de provenir de Valencia y tener poco más de 200 años de historia, actualmente se han convertido en un clarísimo símbolo de identidad catalana. Este hecho nunca debe condicionar ni discriminar a ninguno de los integrantes de la colla (o de fuera de ella) ya sea por su tendencia política, cultura, nacionalidad, creencia o forma de pensar.

Conclusiones

Pues bien, estos valores tienen un alto contenido pedagógico, y no sólo para los más jóvenes, también para todos los que vivimos y amamos esta actividad.

Yo ayudo a subir a Azahara sobre mis espaldas y todos me ayudan a mí a sostener el pilar

Cuando entras en una Colla Castellera te tienes que "ganar" su camisa después de participar en un determinado número de ensayos y diadas. Pero no debemos olvidar (¡nunca!) que esta camisa no nos pertenece... me explico: nuestro uniforme Casteller representa a todo un colectivo, un colectivo que se fundamenta, precisamente, por esos indiscutibles valores. Si no los aceptamos, si no los cumplimos... no seremos merecedores de poner su escudo encima de nuestro corazón.

Las camisas de mis dos colles Castelleres... el día antes del bautizo

Para entenderlo, vamos a imaginarnos al mejor "Casteller" del mundo: un "Casteller" preparado, con unas aptitudes físicas inmejorables para la práctica Castellera (un peso y altura ideales, muy fuerte, con un equilibrio excelso y un bravo valor), pero imaginemos que, este mismo individuo, es un personaje con actitudes tan deplorables como ser violento, racista, homófobo, sexista, intolerante, grosero o ególatra... Pues bien, este "cavernícola" nunca será digno de pertenecer a una Colla Castellera... nunca será digno de ser llamado Casteller, por muy bueno que sea haciendo Castells.

Imaginemos ahora una persona en silla de ruedas... ¿puede ser Casteller? ¡Evidentemente sí!, recordemos lo que os he dicho antes: " Ser Casteller no es sólo hacer Castells". Y yo tengo un ejemplo que me toca muy de cerca: mi buen amigo Guillem Adalid. Guillem es compañero de la Colla Castellera Jove de Barcelona y es, sin duda, ¡el mejor Casteller que conozco! Y no lo digo por decir... Guillem es toda una lección de Valors Castellers: sentado en su silla de ruedas y ataviado con su camisa Castellera (¡que merecidamente se ganó!), ayuda en la parada de merchandising a mi querida Ana Baz, es nuestra mirada con sus brillantes fotos y es nuestra fuerza y coraje con su eterna sonrisa... Guillem, aunque no le guste que lo diga, ¡es el alma de la Colla!

Junto a mi amigo Guilem Adalid, a las puertas del Tarraco Arena, en el Concurs de Tarragona 2016

Para terminar, me gustaría que vierais un precioso video del Pilar Caminado que hacen els Castellers de Salt para las fiestas mayores de Girona. Este Pd4 es subido por toda la larga escalinata de la Seu hasta delante de la entrada principal y, allí, hace un giro de 180º para mostrarlo a todo el público. Pero en el año 2010 ocurrió algo inesperado... algo que mostró a todo el mundo que els Castells son mucho más que "apilar personas"... nos dieron una verdadera clase magistral de Valors Castellers, tales como: la resiliencia, el trabajo en equipo, el espíritu de superación...


Para mí, este vídeo es una metáfora de estos últimos siete años: Cuando alzan el pilar bajo la escalinata, es cuando yo me levanto y encaro con esperanza mi futuro, después del ERE de mi anterior empresa. Mientras va subiendo, peldaño a peldaño, son mis años de esfuerzos para encontrar un empleo estable en esa interminable crisis. La caída... esa infausta Noche Buena de hace 3 años: ¡imperdonable! Finalmente, levantarse de nuevo!, nunca... ¡nunca rendirse!, y continuar hasta el final... hasta lograr tu objetivo: ¡tu felicidad!

Un vídeo... ¡como la vida misma!

Levantando un Pd4, en la diada de Mollet 2016, pocos días antes de mi satisfactorio proceso de selección

Espero que os haya gustado este último escrito...

Sólo me queda recordaros que el blog continuará activo: iré "pagando" a Google la cuota de mi dominio personalizado: www.humbertsanz.com :-). Así que podéis releer mis 84 escritos siempre que queráis, comentarlos, compartirlos, recomendarlos y haceros seguidores... ¡si todavía no lo sois!

Sólo me queda daros las gracias por todos estos años juntos... quizás, más adelante, reemprenda mis redacciones de alguna u otra forma. Por eso no os digo adiós, sino, simplemente:

¡Hasta siempre amigos!

martes, 14 de junio de 2016

La superación se alcanza alzando pequeños pilares


"Abrí los ojos, vi como toda la gente nos aplaudía y gritaba... ¡lo había logrado! Una emoción indescriptible me embargó... ¡una emoción infinita!"


Cristian Dasi conduce los dos pilares a la gloria, el día del bautizo dels Castellers de Tortosa. Foto de Isaac Ferrer

Domingo, 3 de mayo de 2015

Fue a principios de mayo del 2015, durante la ExpoEbre de Tortosa, cuando conocí a los recién constituidos Castellers de Tortosa.

Escut dels Castellers de Tortosa


Viernes, 15 de mayo de 2015

Dos semanas después, durante el ensayo del viernes, me dijeron que hiciera una prueba de pilar en el suelo.

Nunca había hecho esa prueba... me puse en el punto donde hacemos los pilares y me rodearon mis compañeros. Subiría encima de mis hombros Judit.

Apabullado le dije a Àlex, que estaba en frente mío, que me fuera apuntando todos los movimientos que debía ejecutar. Así lo hizo y... de forma poco ortodoxa, ¡logré completar mi primer pilar de 2 "limpio"!

Ejecutando mi primer Pd2 con Judit (15/5/15). Foto de Marta Humet

Martes, 22 de mayo de 2015

El viernes siguiente, en Barcelona, asistí al entreno de la Colla Castellera Jove de Barcelona. Esas primeras semanas iba combinando los ensayos con mis dos "familias". :-)

Al terminar el entreno le pedí a mis compañeros más veteranos si me podían explicar (paso a paso) todos los movimientos que se deben realizar en un pilar, así como todos los consejos que me pudieran dar. Escuché ávidamente sus palabras, guardándolas para siempre en mi memoria y aplicándolas, a partir de entonces, en todos los pilares que ido realizando.

Aplicando mi aprendizaje en un Pd2 con David, en el "ArtXiBarri" de Tortosa (13/6/15). Foto de Marta Humet

Martes, 2 de junio de 2015

Once días más tarde, ya de nuevo en Tortosa, pude practicar todos los pasos que había aprendido en Barcelona, cuando me llamaron para hacer una prueba de pilar de 2 en el suelo.

Al llegar al final de ese ensayo y montarse la pinya de pilar, cuál fue mi soberbia sorpresa cuando, Isaac me anunció que era yo el que subiría.

Me acerqué a la pinya, le pedí a Lluïsa que me hiciera la escaleta y me encaramé sobre mis compañeros. Allí estaba Àlex de bajo... puse mis pies sobre sus hombros, me recoloqué, y noté dieciséis manos sujetándome.

Judit se acercó a mi espalda y seguí todos los pasos aprendidos, para que se colocase encima mío. Aquel primer día ya no subió nadie más... aquel día fue la primera vez que me encaramaba encima de una pinya... ¡qué pasada!

Primera prueba de Pd3 con Judit... ¡primera vez que subo a una piña! (2/6/15). Foto de Isaac Ferrer

Llegó el verano, cogí un trabajo que me salió a Barcelona que no me permitiría ir a ensayar todos los días. Esto hizo que quedaran suspendidas, temporalmente, "mis" pruebas de pilar.

Llegaron las fiestas mayores de Tortosa y, el 6 de setiembre, descargamos nuestro primer castell: un 3d6. Pasó nuestra primera diada completa en l'Ametlla de Mar: el 11 de octubre.

Después volví a ensayar pilares: los hacía en el suelo, pero ya me subían 2 personas encima (pilares de 3 "límpios"), los técnicos comentaban que estaban muy parados... ¡cogí confianza!


Viernes, 22 de octubre de 2015

Esa tarde, la prueba que hice en el suelo de un pilar de 3 me salió muy bien. Michel me dijo que, al final del ensayo, en las pruebas de pinya: ¡yo subiría y haría mi primer pilar de 4! También me anunció que, según como me viera, debutaría a la siguiente diada: en Vilaseca, el día 30.

Para hacer esa prueba vinieron a tocar las gralleras (Núria y Núria). Subí sobre pinya preso de emoción y... temor. Me coloqué encima del bajo, me agarraron... Se acercó Kevin a mis espaldas, empezó el toc de castells, y el tercio subió encima mío.

Subiendo a piña para intentar mi primer Pd4 (22/10/15). Foto de Marta Humet

Era el turno de Rosa, empezó a encaramarse por el pilar, noté la "mochila" y... cuando ya empezaba a colocarse encima de Kevin, tuve la sensación que se me iban hacia atrás, me aboqué y... ya sin tiempo de reacción, noté... ¡con profundo pavor!, como los pies de Kevin resbalaban de mis hombros.

Impotente vi cómo se desplomaban, delante mío, mis dos compañeros sobre la pinya... Antes de caer, oí un grito corto y ahogado de Rosa que heló mi corazón... ¡se callaron de golpe les gralles!

Bajé rápidamente buscando a Rosa y Kevin... ¡No les había pasado nada! Quedé aliviado... ¡pero paralizado!, el pecho lleno de ansiedad y con las lagrimas queriendo salir... ¡quemándome los ojos!

Afortunadamente, la gente no le dio más importancia al suceso (¡son cosas que pasan!), solo unos pocos advirtieron mi estado... Recuerdo que Conchita me consoló:

-No te preocupes hijo, es tu primer pilar... ¡el siguiente te irá mejor!

Vino Michel, con semblante tranquilo, recuerdo sus palabras:

-Humbert, te has abocado. Todavía no te veo preparado... Dejaremos tu debut para más adelante. ¡Seguiremos trabajando!

Me aliviaron sus palabras... En aquel momento no me veía capaz de hacer un pilar ni para Vilaseca, ¡ni para nunca más!

Me sentía triste... ¡miserable!, no aguanté más... fui a los aseos del Pavelló y lloré en silencio.


Viernes 29 de octubre de 2015

Michel cumplió su palabra y continuamos trabajando los pilares de 3 en el suelo en los ensayos siguientes.

Una semana después de que hiciera "lenya" mi pilar, me hicieron subir de nuevo a pinya, pero esa vez sin anxaneta. Receloso y lleno de miedos logré hacerlo bien y ganar algo de confianza... Al bajar agradecí el aplauso cerrado de mis compañeros.

Prueba de pilar de 3 sobre piña con Xènia (29/10/16). Foto de Marta Humet

Al día siguiente, en la diada vespertina de Vilaseca, miré con cierta pena (pero mucho alivio) el pilar de despedida que hicimos: la verdad... ¡era mejor así!


Viernes 19 de enero de 2016

¡Empezó el 2016!, al principio hice alguna prueba de pilar de 3 limpio, pero dejé de practicarlas... supongo que la técnica prefirió centrar el trabajo más hacia mi faceta de bajo.

Prueba de pilar de 3 limpia con Kevin y Rosa (19/1/16). Foto de Marta Humet

A finales de marzo, hablando amigablemente con Michel, salió el tema pilares y le comenté (con todo el respeto que le debo a su cargo) que qué le parecía si volvía a ensayarlos...


Viernes 8 de abril de 2016

Parece ser que los técnicos y el Cap de Colla confiaron en mí y volví a trabajar los pilares de 3 "limpios" en los ensayos.

El viernes 8 de abril, volví a subir a pinya para hacer un pilar de 3 con Sílvia... ¡salió bien!

Pilar de 3 sobre piña con Sílvia (8/4/16). Foto de Marta Humet

Viernes 15 de abril de 2016

Una semana después, a mitat del ensayo, Michel me dijo que volvería a subir a pinya para hacer un pilar de 4. ¡Habían pasado más de 5 meses desde aquel intento "fallido"! Afrontaba este segundo Pd4 con cierta intranquilidad.

El Cap de Troncs, también me comentó que, dependiendo de cómo me viera, igual lo llevaría a plaza el siguiente domingo, que teníamos diada en el Perelló.

Esta vez no me acompañaron les gralles. Subí a pinya, me coloqué sobre el bajo. Se me acercó Sílvia y subió sobre mí. Otra vez, Rosa haría de anxaneta: empezó a subirnos, noté su "mochila" y la misma sensación de que se me iba para atrás el pilar...

Volví a cometer en el mismo error: me aboqué y desestabilicé a Sílvia. Lleno de pánico, pensé que se me caían otra vez... instintivamente, solté sus piernas y extendí mis brazos hacia adelante (unas décimas de segundo) para poder cogerlas al vuelo. ¡No cayeron!, rápidamente volví a agarrarle sus pantorrillas y recuperé posición. Pero, con buen criterio, Cristian desmontó el pilar sin que Rosa lo coronara.

Mi cara desencajada instantes antes de abocarme en la prueba de Pd4 (15/4/16). Foto de Marta Humet

Bajé por el contrafort... esta vez me sentía enfadado conmigo mismo, me avergonzaba de que el cap de colla y los técnicos hubieran confiado conmigo de nuevo... Una vez más: ¡les había vuelto a fallar!

Pensé: "¡Soy un completo inútil!, ¡como he osado creer que sería capaz, algún día, hacer un pilar de 4!".

Mientras me atormentaba con estos destructivos pensamientos, se me acercó Michel, con el semblante tranquilo, y me preguntó:

-¿Qué ha pasado? - alicaído le respondí:

-Ya lo has visto... ¡no sirvo para hacer pilares!, ¡mejor no lo intentemos más!. - Me miró muy serio y lo que dijo logró sacar mi orgullo abatido:

-Mira Humbert, ¡si no te sale es porque tú no quieres! - Toco mi hombro izquierdo y continuó. - Tan sólo es un pilar de 4 y tú tienes físico y potencial para hacer pilares de 5, pero... ¡TE LO HAS DE CREER! -y, concluyó - El domingo no harás el pilar al Perelló, pero... ¡seguiremos trabajando!

Se fue... me quedé solo de pie, silencioso... ¡De repente me di cuenta que ahora sí lo iba a lograr!

Me prometí: "¡Seguiré trabajando duro, labraré mi técnica... quizás tarden tiempo a darme otra oportunidad pero, cuando lo hagan: ¡no les defraudaré! ¡Lograré levantar el dichoso pilar de 4!".

Y acabé mi entusiasmada declaración de intenciones diciéndome: "Lo voy hacer por todas las personas que han confiado ciegamente en mí... ¡lo haré por mi mismo!".

Otra vez tenía ganas de llorar... pero entonces, ¡era de emoción!


Viernes 3 de junio de 2016

A partir de ese día, en los ensayos siguientes que pude asistir, me fueron llamando (en muchas ocasiones) para hacer pruebas de pilar de 3 en el suelo. Mi concentración era absoluta: dientes apretados, mirada fija al frente, coordinación de movimientos, pies quietos durante toda la prueba, aguantar las "mochilas" y zarandeos lo más parado posible...

El primer viernes de junio me tocó hacer la prueba de pilar de 3 al suelo con Azahara. Al terminar, los dos coincidimos que habíamos estado muy a gusto trabajando juntos. Quizás fuese porque ambos nacimos un 25 de mayo (aunque ella unos años después...), en cualquier caso, los técnicos también lo vieron y repitieron el tándem los días siguientes.

Junto a Azahara, el día de nuestro bautizo. Foto de Marta Humet

Martes 7 de junio de 2016

El martes siguiente, al final del ensayo, me anunciaron que: ¡volvía a subir a pinya! Haría de segundo en una prueba de pilar... en esa ocasión, sólo subiría sobre mí, Azahara.

Por primera vez sobre la pinya me sentí cómodo y confiado. Subió la tercia sobre mí y nos quedamos un rato quietos... ¡disfrutando de aquel instante!

Reconozco que al llegar a casa, después del ensayo, se me pasó por la cabeza la peregrina idea de que podría ser yo uno de los segundos en los pilares de despedida que haríamos, en nuestro bautizo, el siguiente sábado... ¡Pero qué osadía si quiera pensarlo!

Reflexioné: "A ver Humbert: ¡nunca te ha salido bien el pilar de 4!, seria un riesgo estrenarte un día tan importante para toda la colla y jamás te perdonarías si te cayera delante de todo el mundo... ¡qué bochorno! Sigue trabajando duro y, quizás más adelante (cuando estés más preparado), te den la alternativa.". Ese jarro de agua fría que me tiré a mi mismo no apagó mis sueños y, aquella noche, me fui a dormir feliz...


Viernes 10 de junio de 2016

Mis pantalones blancos, mi faja y mi camisa dels Castellers de Tortosa preparados el día antes del bautizo

El "ensayo general" del bautizo lo hicimos, el día antes, en el Centre Civic de Ferreries, acompañándonos los Xiqüelos i Xiqüeles del Delta.

Me llamaron para hacer un pilar al suelo con Azahara y Noa... ¡nos salió una prueba perfecta!

Fue entonces cuando Michel se me acercó y me dio una de las mayores alegrías de mi vida: me anuncio que, el día del bautizo, ¡yo debutaría como segundo en uno de los dos pilares de 4 de despedida!

Reprimí mi inmenso gozo respondiéndole, simplemente: "¡Muchas gracias!". Buff... ¡qué gran honor y responsabilidad me acababan de dar!, ¡qué inconmensurable ilusión!, ¡cuántos nervios!, ¡cuanta gratitud!

Llegó el final del ensayo, y probamos los 2 pilares de 4 simultáneos. Esta vez, como en mi primera ocasión, volvieron a acompañarnos les gralles (y els tabals). Me sentí tranquilo y confiado en toda la prueba y... ¡por fin logré descargarlo!

Mi primer Pd4 descargado, con Azahara y Noa, al Mercat de Ferreries (10/6/16). Foto de Marta Humet

No lo celebré ostentosamente... era tan sólo una prueba: en la plaza las cosas son diferentes y temía que el miedo escénico me hiciera una mala pasada delante de todos.


Sábado 11 de junio de 2016

Por fin llegó el gran día: ¡el bautizo dels Castellers de Tortosa!

Foto dels Castellers de Tortosa el día de nuestro bautizo. Foto d'Isaac Ferrer

Vinieron a ayudarnos castellers de toda Catalunya. De Barcelona se desplazaron 8 castellers de mi querida Jove de Barcelona y los dos hijos de mi amiga Mònica, que no pudo asistir por "fuerza mayor".

Junto mis compañeros de la Jove: Pere, Pep, Jojo, Litus, Josep, Meritxell, Miki y Tolo. Foto d'Isaac Ferrer

La diada fue todo un éxito: los tres Castells llevados a plaza: un 3d6a, un 4d6a y un 4d6; fueron descargados felizmente y con gran júbilo, bajo el amparo de nuestros padrinos: la Colla Jove Xiquets de Tarragona y los Xics Caleros.

Yo tuve la suerte de ser el bajo de los tres... ¡de ser el único bajo que ha estado en "todos" los castells que hemos llevado a plaza!

Colocado de "bajo" en la piña del 3d6a... ¡nuestro primer Castell con camisa grana! Foto de Xènia Boxerlaplana
¡Y ahora tocaba despedir nuestro bautizo levantando los 2 pilares de 4 simultáneos! ¡Ahora tocaba estrenarme subiendo por primera vez a pinya en una diada!

Me acerqué un momento a mis amigos Jojo y Pep de la Jove de Barcelona y les reconocí que estaba un poco nervioso y que tenía miedo de que se me cayera el pilar... me tranquilizaron, cada cual a su manera.

Feliz junto a Pep y Jojo en la cena de celebración del bautizo, en el Pavelló de Tortosa. Foto de Marta Humet

Pep me dijo:

-Humbert eres un casteller fuerte y sensato, ¡todo saldrá bien!

Por su parte Jojo, añadió:

-Mira, tú eres un buen bajo, ¿no?, pues hacer de segundo es como hacer de bajo pero con chulería. Cuando estés sobre pinya: cabeza bien alta y saca "pollazo". - Literal y sin censura...

Ya estaban montando las dos pinyas. Me abracé a Azahara y nos dijimos unas palabras para alentarnos. Ella también se estrenaba subiendo a un pilar en una diada.

Me quedé solo, me descalcé frente la fuente de la plaza Mayor. Mi amiga Lluïsa se acercó, notando mis mal disimulados nervios y... sin decir nada, comenzó con sus manos hacer unos pausados movimientos de reiki delante mi rostro. Todo pareció quedar en silencio a mi alrededor, noté como un escalofrío recorría todo mi cuerpo dejándome en un estado de paz interna inexplicable. Terminó, volví de mi trance... abracé a Lluïsa y miré con valentía la pinya.

Sonriendo miro la piña cerrada del Pd4 antes de subir. Foto de Xènia Boxerlaplana

Cristian gritó:

-Segons amunt!

Josep, de la Jove de Barcelona, me hizo la escaleta y me dio ánimos mientras me encaramaba a la pinya. Caminé sobre la rengla, tropezando con la cabeza de Edgar que me haría de primeras manos por detrás... allí estaba Jordi, de bajo, esperando la carga.

Puse mis pies sobre sus hombros y los recoloqué. Una vez los dos cómodos, pedí que me cogieran mientras, orgulloso, miré a mi alrededor...

Ivan y yo acomodándonos sobre nuestras respectivas piñas. Foto de Marta Humet

La pinya estava plagada de amigos que quisieron, de esta forma, darme todo su apoyo: entre ellos estaban "todos" los integrantes de la Jove de Barcelona. Delante mío, como primeres mans, tenía al bueno de Joseret y detrás de él el mismo alcalde de Tortosa: Ferran Bel (que haría de segones mans). A mi izquierda se estrenaba de vent en Litus y a mi derecha estaba el incombustible Leo. Y, frente la pinya, a la derecha del Cap de Colla... estaba mi querida Marta.

Las amigas Sílvia y Azahara suben sobre las piñas. Foto de Xènia Boxerlaplana

Ya no pude ver más... noté Azahara detrás mío: ¡me concentré! Empezó a sonar el Toc de Castells... hice los pasos que tanto habíamos ensayado en el suelo y ya la tenía sobre mis hombros.

Azahara subiendo sobre mis hombros. Foto de Marta Humet

Noté a la pequeña Georgina que comenzaba a subirnos, empecé a sentir la "mochila"... cerré los ojos un instante... ¡concentradísimo!, ¡ese era el momento clave!

Àlex y Georgina comienzan a subir a los dos pilares. Foto de David Monserrat

Pasaron lentos esos segundos... hasta que, ¡con gran alegría!, oí a les gralles anunciando que Georgina y Àlex ya estaban arriba de los dos pilares... ¡ya estaban haciendo la aleta!

Los dos pilares de 4 tocando el cielo... ¡lo había conseguido! Foto de Marta Humet

Abrí los ojos, vi como toda la gente nos aplaudía y gritaba... ¡lo había logrado! Una emoción indescriptible me embargó... ¡una emoción infinita!

Georgina comenzó a descender ya en cerrada ovación...

Georgina pone sus pies sobre piña... ¡respiro más tranquilo! Foto de Xènia Boxerlaplana

Una vez l'aixaneta sobre pinya, comenzó a bajarme Azahara, al llegar a mi altura me abrazó con complicidad, diciéndome algo al oído emocionada...

Azahara me abraza y me susurra algo al oído. Foto de Xènia Boxerlaplana

Quedé al fin solo sobre pinya y con fuerza blandí mi puño al aire en señal de extrema felicidad.

Blandeando mi punyo al aire, ante la mirada contenta de Txell, Sole y Lolita. Foto de Xènia Boxerlaplana

Jordi, sabedor de mis miedos, comenzó a botar todavía conmigo encima... toda la pinya empezó a hacerlo con las manos arriba y vociferando:

-¡Ue! ¡Ue! ¡Ue! ¡Ue!

Jordi botando, conmigo todavía sobre sus espaldas Foto de Marta Humet 

Bajé... y las lágrimas me salieron de la emoción contenida... las dos pinyas nos unimos saltando locos de alegría, mientras cantábamos nuestra tonadilla:

-Ben amunt!, ben amunt!, Castellers de Tortosa!!

Una marea grana celebrando el final de nuestro bautizo. Foto de Xènia Boxerlaplana

Me abracé con todos.... y no es un decir: ¡con todos!, ¡hasta con el alcalde!

Y allí, entre "todos" estaba Michel, con su semblante tranquilo... esta vez fui yo quien me acerqué y le dije:

-¡Lo hemos logrado! ¡Muchas gracias por confiar en mí! Tú, mejor que nadie, sabes que: aquí... ¡se tenía de levantar algo más que un simple pilar de 4!

Ahora... ¡también lo sabéis vosotros!

A continuación, podéis ver un vídeo grabado por Carme Valldaura, des del balcón del ayuntamiento de Tortosa, donde se ve toda la evolución de los 2 pilares de 4 y su consiguiente alegría al descargarlos y terminar una diada histórica:


Ese simple pilar de 4 fue toda una lección de "valors castellers"... ¡fue toda una lección de: resiliencia, confianza, trabajo en equipo, disciplina, compañerismo y, sobretodo: ¡superación!

Momento de máxima concentración del Pd4. Foto de Xènia Boxerlaplana

Ben amunt!, ben amunt!, Castellers de Tortosa!!

viernes, 11 de diciembre de 2015

Tocando el sol... desde "bajo"


Dedicado a la Colla Castellera Jove de Barcelona y als Castellers de Tortosa


Tortosa, domingo 29 de diciembre de 2013. Me senté en el sillón de mi comedor en un profundo estado de shock.

Mi mente agotada quedó en blanco... superada por la agonía, la turbación y el llanto de aquellos últimos cinco días. Mi cuerpo quedó inerte y apático sobre el canapé...

¡Allí estaba solo!, abandonado en aquel hogar que, tan sólo unos instantes había dejado de serlo... ¡Silencio sepulcral!, mientras en la calle... era Navidad.


Ajeno a la tragedia, un agradable sol vespertino entraba por los ventanales iluminando el salón. El cálido roce de sus rayos embalsamó por unos instantes mi inconsolable pena. Quedé inmóvil... como temiendo que un solo movimiento pudiera romper la paz de ese estado de letargo en que me había quedado sumido.

El sol se fue sofocando, como hoguera que ya nadie aviva... Las tinieblas ahogaron la agonizante luz del comedor, como si una losa cubriera despaciosamente mi tumba: ¡la de mi exánime corazón!

Finalmente se apagó todo resplandor. La casa perdió el poco calor que aún conservaba. Un frío infernal fue calando mis ropas hasta los huesos... tenía que moverme, levantarme... tenía que comenzar a caminar... ¡se había acabado la función!

En la más profunda oscuridad deambulé los días venideros. Con urgencia tuve que exiliarme a mi Barcelona natal. Con esa infinita tristeza aplastándome... con esa incontinencia en el llanto... con la misma angustia y miedo que siente un niño cuando se extravía de sus padres entre la multitud.

Quedé con el rumbo de mi vida absolutamente perdido, naufrago en ese mar de lobreguez y depresión que apareció sin aviso ni clemencia. Inmerso en aquella terrible galerna que comenzó, ¡de repente y a traición!, la mismísima noche de Navidad... Quedé cruelmente desamparado, sin tener (si quiera) una sola oportunidad para dejarme reflotar y llevar a buen puerto aquel navío que tanto amaba:  ¡más que mi propia vida!

Algunos que decían ser mis amigos, ¡como ratas!, abandonaron rápidamente el barco cuando empezó a entrarle el agua por la popa. Pero los verdaderos allí se quedaron: achicando sin tregua ni condiciones mi desconsuelo. Una de estas personas es Mònica Múrcia.


La Jove de Barcelona y yo

Mònica era una vieja amiga del instituto que hacía más de 20 años que no veía. Nos habíamos reencontrado hacia unos tres años en el Facebook y teníamos un café pendiente para ponernos al día.

Empujado por los infaustos acontecimientos, le envié un correo desesperado contándole todo lo sucedido, sabedor que ella también hacía poco que había pasado por una experiencia similar. Reaccionó rápidamente para aplacar mi dolor e intentar sacarme, ¡arrastras!, de esas indisipables tinieblas que me estaban asfixiando. Me dijo:

-¡El viernes quedamos y me acompañas a hacer Castells!

¡¡¿¿Castells??!! Eso sí que no me lo esperaba de ella. Yo, a Mònica, la recordaba de cuando éramos unos jóvenes alocados, correteando por el barrio barcelonés del Clot, escuchando a "Los Suaves", "Siniestro", "Loquillo"...

¿Castells?, ¡¡¿¿en serio??!! Si en mi vida me había interesado ese tipo de "folklore"... ¡pero si yo siempre había considerado "eso" una actividad desusada practicada por unos "frikis" con faja. 

En fin... si quería verla tenía que acompañarla a ese ensayo. Eso sí, en secreto me dije que sólo iría aquella vez y, para otra ocasión, ya decidiría yo un lugar más "convencional" para quedar.

Barcelona, viernes 31 de enero de 2014. Poco antes de las siete de la tarde, me reencuentro con Mònica en la plaça Orfila del barrio de Sant Andreu. Nos fundimos en un largo abrazo sin ni siquiera saludarnos.

Junto a Mònica en el local de la Colla Castellera Jove de Barcelona. Febrero de 2014

Me llevó al local de la Jove de Barcelona, ubicado en la antigua fábrica textil "Fabra i Coats". Aquel día era también, para ellos, el primer ensayo de la temporada 2014. La primera sensación que tuve al entrar no me gustó: era un local frío y grande, de alta techumbre que daba sensación de poca luz, parecía todo muy gris y viejo...

Mónica me presentó a Roger, un veterano casteller encargado de la acogida de nuevos miembros, y desapareció dejándome sólo con él. Roger me preguntó:

-¿Has hecho alguna vez Castells?

-No -le respondí- y, la verdad, no tengo ni idea de que va todo esto... -Mientras le decía estas palabras, con gran pavor, observé cómo agarrados de las viejas columnas de la fábrica, los chicos y chicas allí reunidos se subían unos a otros. Interrumpí bruscamente el afable discurso de Roger y le dije:

-¡¡Ah no!!, yo tengo mucho vértigo, ¡no quiero subir! -Se rió y me respondió:

-Tranquilo que hoy no subirás.

-Bueno pues... -contesté- si te parece hoy sólo miro como lo hacéis y el próximo día ya empiezo... -Volvió a reír. Me miró en detalle, preguntó mi edad, peso, me hizo levantar los brazos y concluyó:

-¡Harás de "lateral"!

-Pero no voy a subir, ¿eh? -insistí... y volvió a reírse una vez más.

Me llevó hacia un grupo de chicos y les anunció:

-Os presento a Humbert, hará de lateral. -y se marchó.

Mirando de reojo la puerta del local (para salir pitando en cualquier momento) se me acercó un chico vestido de negro y cabello recogido por una cola. Me dijo:

-Hola Humbert, me llamo Senyor Sànches, ¿has hecho alguna vez de lateral?

-No tengo ni idea. -le dije, muy receloso.

Hasta ese día, yo pensaba que la piña de un castell era un tumulto de personas amontonadas de forma caótica (casi como una melé en el rugby). El Senyor Sànches me explicó muy bien la distribución ordenada dentro de una piña, como se ubicaban los diferentes integrantes (y su nomenclatura). Luego se centró en la posición del lateral, me enseño como debía colocarme y protegerme. Me pusieron una faja azul de "novato" y empezamos a practicar haciendo pilares volados.

Ya más tranquilo regresó Mònica. Me presentó a Xescu Jorba (el cap de colla), que me dirigió unas cálidas y breves palabras de bienvenida. Luego continuó presentándome a toda persona que se moviera por el local. Me encantó el afecto que me iban saludando la mayoría de castellers... ¡que "borrachera" de nombres!, sería imposible memorizarlos a todos, pensé...

Empezamos hacer pruebas "limpias" de castells, nos distribuimos en nuestras posiciones: yo de lateral, con mis manos en alto lo más cerca del muslo del casteller que había subido en frente mío, pero sin llegar tocarlo. La verdad es que aquellas pruebas eran algo lentas y aburridas, pero me sentía tan acogido que, por primera vez desde hacía muchos días, no pensé en mi aflicción.

Participando en las pruebas limpias de la Jove de Barcelona. Febrero de 2014

Pero ocurrió algo que cambió mi forma de pensar de golpe... una experiencia que me proporcionó unas sensaciones que hicieron que quisiera ser uno de ellos a partir de entonces. Sucedió cuando comenzaron las pruebas de piña y me dijeron que me pusiera de segundo lateral, tras de Jojo.

Con Jojo ya habíamos estado hablando amigablemente entre prueba y prueba. Me dijo entonces:

-Yo ahora haré de lateral, fíjate como me coloco, especialmente con la posición de mis manos. Cuando digan: "segons laterals!", apóyate sobre mi espalda, coge firmemente mis muñecas (pero sin hacer mucha fuerza, si no te lo pido) y reposa tu mejilla sobre mi cuello.

Se fue montando la piña... Recuerdo que el baix que nos tocó frente nosotros fue Pep Llopart. Vi como lo iban rodeando: el contrafort, les crosses, la agulla... pensé: "¡cómo me gustaría estar en esa posición algún día!: apretujado, soportando todo el peso, en el centro del meollo...", cómo me gustaría ser, algún día, como el bueno de Pep.

Poco a poco se fue cerrando la piña... gritaron mi posición y me puse tras Jojo, tal como me había explicado: "abrazado" al fuerte y amable compañero me sentí amparado y protegido. Luego... "alguien" colocó su pecho sobre mi espalda, cogió firmemente mis muñecas y apoyó su rostro sobre mi cuello... noté su respiración... noté calor y presión por todo mi cuerpo... noté que el castell estaba vivo y que éramos todos uno... ¡fue una sensación indescriptible!

Se descargó con éxito la prueba y todos se pusieron a aplaudir. Yo... todavía muy emocionado, me uní a la ovación y tuve claro, al fin: ¡que quería ser Casteller! A partir de entonces no fallé a ningún entreno con la Jove de Barcelona.

En el siguiente ensayo, recordando a Pep, les pedí a los técnicos que quería que me "cargasen". Me llevaron a una columna para hacer espalderas. Pensé: "¡Ai Humbert! en que fregados te pones...", pero reflexioné sensatamente, diciéndome: "Mira, por mucho peso que vayan a ponerte a tus espaldas, nunca será tanto como la carga que tienes que soportar en estos momentos...".

Finalmente me subió un chico y, encima de él, una niña... noté el peso de los dos y el zarandeo al subir y bajarme, mientras yo me agarraba, muy solemnemente, a la vieja columna con mi espalda recta y los codos elevados... ¡Me gustó aquello!

Domingo 9 de febrero de 2014. Después de tres entrenos ya teníamos nuestra primera diada de la temporada. Era en honor a Santa Eulàlia (copatrona barcelonesa) en el inigualable marco de la plaça Sant Jaume de Barcelona. Yo, todavía sin la camisa de la colla (te las tienes que ganar participando activamente en un número determinado de ensayos y actuaciones) viví mi primera diada castellera actuando como segundo lateral en todos los castells e, incluso, debutando en uno como primero. ¡Fue impresionante!

Mi primera diada, todavía sin la camisa de la colla. Febrero de 2014

Después de la Diada de Santa Eulàlia, no había más actuaciones hasta mediados de marzo. Yo seguí acudiendo con ilusión y ganas a todos los entrenos, ¡sin fallar a ninguno!, todos los martes y viernes. Se acercaba la siguiente actuación y, el viernes antes, había "ensayo general".

Viernes 14 de marzo de 2014. Cuando se terminó el entreno, se íban a repartir las primeras camisas de la temporada. Pensé: "A mí todavía no me toca: sólo llevo un mes y medio y tan solo una diada". Pero cuál fue mi soberbia sorpresa cuando dijeron en alto mi nombre y todas las miradas se abalanzaron sobre mí, mientras me ensordecía un sonoro aplauso y me cantaban la tonadilla del "Escut" que entona la Jove a los nuevos miembros. Apabullado me acerqué a la tarima y se me hizo entrega del escudo de la colla y de la bonita camisa de color granate (con las letras "Jove de Barcelona" bordadas en la espalda).

Probándome la bonita camisa de la Jove de Barcelona en casa de mis padres. Marzo 2014

Separados ya del burullo, Montse y su hijo mayor Xavi Angerri me hicieron, más o menos, el siguiente discurso:

-Humbert, la Colla Castellera Jove de Barcelona te hace entrega de su camisa por tu esfuerzo en los entrenos y actuaciones que has participado. El escudo que lucirás frente a tu corazón nos representa a todos. Pero recuerda, ¡siempre!, que este escudo no te pertenece... en caso de hacer un comportamiento inadecuado llevándolo puesto, como: estar bajo los efectos del alcohol o drogas; verte involucrado en alguna pelea; comportamientos xenófogos, homófogos, sexistas o que atenten contra la convivencia pacífica de la sociedad, te será automáticamente retirado y serás expulsado de la colla. 

¡Totalmente de acuerdo!, ser casteller no es sólo hacer castells... ser casteller es una forma de actuar en la vida. Así que: ¡tolerancia cero para los que no acepten estas indiscutibles normas de convivencia!

Domingo 16 de marzo de 2014. ¡Llegó el día de mi bautizo! La diada era en la ciudad de Badalona, frente el paseo Marítimo. Fue una jornada especial, ¡todo salió bien! Recuerdo la ilusión de vestirme, por primera vez, con mis pantalones blancos, la camisa grana recién planchada con el escudo ya cosido en su parte izquierda y mi faja negra de 5 metros.

Mis pantalones blancos, mi faja y mi nueva camisa con el escudo cosido. ¡Todo preparado para mi bautizo!

Después de la gran diada comimos toda la Colla junta sobre la arena de la playa de Badalona. Yo cerré un instante los ojos, bañando mi cara bajo el tibio sol... parecía como si el astro rey quisiera iluminar (tenuemente) aquellas tinieblas que me dejó encerrado tan sólo dos meses y medio atrás. Quedé como en trance... mientras oía el ruido acompasado de las olas mezclándose con los gritos de los niños jugando... creo que llegué a esbozar una tímida sonrisa de felicidad.

Fue transcurriendo el año, disfrutando de todos los entrenos, actividades y diadas que participábamos... actuando siempre de primer o segundo lateral en todos los castells que descargamos.

Miércoles 24 de septiembre de 2014. Sin duda, el momento cumbre de la temporada 2014, ocurrió en la Diada de la Mercè (la otra patrona de Barcelona) donde pudimos descargar, en la plaza Sant Jaume, ¡nuestro primer 7 de 7!

Primer 7 de 7 descargado por la Jove de Barcelona, 24 de septiembre de 2014. Foto de Claudi Domper

El 2015 lo comencé junto a la Jove de Barcelona. Repetimos actuaciones que tanto me marcaron el año anterior (como la diada de Santa Eulàlia o la de Badalona). Continué en mi posición habitual de lateral, ayudando a mi colla en todos los eventos que me era posible asistir.

Colocado como primer lateral, frente a Xavi Angerri (con gafas), Diada del Triacord. Marzo de 2015

Pero yo quería volver a mi casa: ¡a Tortosa! Quería volver a ese hogar que dejó de serlo aquel día que se quedó a oscuras, ese fatídico 29 de diciembre de 2013.


Els Castellers de Tortosa y yo

Fue en marzo de 2015 cuando conocí, por primera vez, la existéncia dels Castellers de Tortosa. Se acababan de constituir como Colla Castellera y empezaban hacer sus primeros ensayos. Los vi en una foto de Instagram, haciendo una prueba de 3 limpia en la plaza de Barcelona, frente el Mercado de Tortosa. ¡Debía informarme!

Primera imagen que vi dels Castellers de Torosa. Marzo de 2015. Foto de Ferrán Bel

Sábado 2 de mayo de 2015. Visitando la ExpoEbre de Tortosa, en el Pavelló Firal de Remolins, vi la parada de la colla tortosina y se me iluminaron los ojos. Me acuerdo que fui muy bien atendido por Cristina, la presidenta. Yo le dije que era casteller y que me gustaría conocerlos. Me invitó a que asistiera el día siguiente, por la tarde, ya que harían un ensayo fuera mismo del pabellón.

Llegó el domingo y me dirigí a la "cita"... al llegar, todavía se estaban enfajando y algunos transeúntes curiosos miraban. Nadie pareció percatarse de mi presencia en esos primeros instantes... busqué a Cristina, ¡allí estaba!

-Hola Cristina, ¡al final he venido! -le dije- No he podido traer mi faja, la tengo en Barcelona, ¿me podéis dejar alguna?

Me dejó una de color granate y ella misma me enfajó. Luego le pedí que me presentará al cap de colla... ¡Vaya!, estaba en la otra punta... mientras me llevaba hacia allí me noté algo observado.

Me presentó a Cristian Dasi. "¡Qué cap de colla más joven!", pensé. Recuerdo las palabras que le dije:

-Hola Cristian, me llamo Humbert. -nos estrechamos las manos y proseguí con humildad- Soy casteller de la Colla Jove de Barcelona, generalmente hago de lateral. Mi intención es venir a Tortosa y me gustaría probar con vosotros, ayudándoos en todo lo posible. -Cristian sonrió, no habló mucho, me presentó a los técnicos y volvió a su cometido.

Al igual que me pasó con la Jove de Barcelona, también me sentí muy bien acogido desde el primer momento. Había un ambiente distendido y de compañerismo que me encantó.

Mi primer ensayo con els Castellers de Tortosa, durante la ExpoEbre. 3 de mayo de 2015

Empezó el ensayo... sin que tuvieran que decirme nada, me puse a "voltar" las pruebas limpias que iban haciendo.

¡De repente!, me anunciaron que me pusiera yo debajo de una de ellas. ¡Era un tres limpio!, como el que vi en la foto de Instagram. Pensé: "Madre mía... ¡pero si yo nunca he hecho esto!".

Sin que se notará mucho mi inexperiencia, me así a los brazos de mis compañeros, manteniendo mi espalda recta y la cabeza bien alta. Sólo subieron un piso y se quedaron un rato encima nuestro. Cuando bajaron, noté como el pié izquierdo del que me había subido recorría mi columna hasta mi faja. Aplaudieron todos y yo me uní a la ovación, con una evidente sonrisa.

A partir de aquél día, ya más instalado en Tortosa que en Barcelona, mis ensayos empezaron a ser más seguidos con la colla del Baix Ebre.

Els Castellers de Tortosa son una colla nueva (ni siquiera se ha bautizado) y tiene todavía poca gente. Por eso, allí todos hemos de saber hacer un poco de todo: tocando todas las posiciones que nuestro físico nos permita estar y, a mí, esta polivalencia: ¡me encanta!

Los siguientes ensayos, después de la ExpoEbre, ya los hicimos en su local habitual: ubicado dentro del Pavelló Firal de Remolins (encima del escenario). Desde el primer día me involucré mucho en el trabajo y la técnica me iba poniendo de bajo de muchas de las pruebas limpias.

Haciendo una prueba limpia de 4, en la EMD de Jesús

Llevaba pocos ensayos cuando, al final del entreno, anunciaron que haríamos una prueba de pilar con piña. Cuando Isaac terminó el recuento de las posiciones, yo todavía no tenía ubicación asignada... le pregunté algo mustio:

-Isaac... ¿donde quieres que me ponga?

-¡Ai sí! perdona Humbert... -me respondió- ¡tú vas a subir! Descálzate y sácate los calcetines.

Me quedé como helado unos segundos... ¡reaccione!, sacándome los calcetines antes que los zapatos, y me acerqué veloz a la piña... mezcla de una indescriptible alegría, gratitud y... para que engañaros, ¡un "acojone" impresionante!

Viendo mi cara de pez al intentar abordar al segones mans, Luïssa se ofreció a hacerme la "escaleta". Subí y caminé por encima la piña... ¡allí estaba el baix esperando!

-Àlex, ¡izquierda! -le dije.

Puse mis pies sobre sus hombros, que sensación más rara... "¿aguantará mi peso?, ¡pobre Àlex!", pensé. Me apoyé a los dos" fajos" de manos que la piña extendía hacia mí y recoloqué mis pies.

Cuando estuvimos cómodos, dije que ya me podían sujetar. Me soltaron y noté como ocho pares de manos apretaban firmemente mis muslos, ingles y trasero.

Judit subió a piña y se acercó a mis espaldas. Hice los pasos que había practicado en el suelo para que subiera y... ¡ya la tenía arriba! Quedé mirando al frente, con expresión seria y con mis manos agarradas a sus pantorrillas... ¡cómo disfruté de ese instante! Lo recordaré mientras viva...

Mi primera vez sobre una pinya, haciendo un pilar 3. Foto de Isaac Ferrer
Ese día no subió nadie más, pero hemos seguido practicando y ya he empezado a ensayar pilares de 4 con piña. ¡Pronto espero estrenarme a plaza!

También he subido de segundo alguna vez a piña, para practicar la difícil torre.

De segundo, junto a Michel; en una prueba de torre con piña
Pero el momento que recuerdo con más emoción, ocurrió durante el segundo o tercer ensayo después de la ExpoEbre. Estábamos practicando pruebas limpias cuando vi que colgaban en la pared el croquis de una piña con nuestros nombres anotados en las respectivas posiciones. Con disimulo me acerqué y de reojo miré donde me había tocado (no fuese que se hubiesen olvidado de mi...) estupefacto, pero inmensamente lleno de gozo, ¡observé que era uno de los bajos!

¡Tocó al fin la prueba! Los nombres de los bajos fueron los primeros que anunciaron. Luego, se fue colocando toda la gente a nuestro alrededor. Me abrazó por la espalda el contrafort, se puso la agulla frente mío y se acomodaron, bajo mis hombros, les dos crosses. Se cerró la piña y sentí toda la presión a mi alrededor y el peso del segundo al subirse sobre mis hombros... en aquella primera ocasión no subió nadie más. Cómo me acordé de Pep en aquellos momentos... como me acordé de aquel primer día que hice castells, junto a Mònica.
De bajo, junto a Manel, en una de las pruebas de piña realizadas en nuestro local

Al terminar la prueba lo tuve clarísimo: ¡me sentía perfectamente capacitado para hacer de bajo y que me cargaran todo lo que fuera!, ojalá los técnicos también lo considerasen así... Tenía pues que trabajar duro junto a mis compañeros, para poder alcanzar mi gran sueño... nuestro gran sueño... ¡descargar nuestro primer castell!

Empezó el verano. Hicimos muchos talleres, donde pudimos promocionar nuestra colla por el territorio. También hicimos alguna actuación benéfica, donde exhibíamos un pilar de 4. Trabajamos duro todas las posiciones los días de ensayo.

Realizando una prueba del 3d6 en la espaldera: desde piña hasta dosos. Julio 2015

Pasó el Renaixement, las fiestas mayores de la mayoría de pueblos del territorio... y llegaron, ¡por fin!, les Festes de la Cinta: ¡les Festes Majors de Tortosa!

Viernes 4 de septiembre de 2015. El siguiente domingo era ya nuestra diada y teníamos intención de presentarnos con un 3 de 6. Las pruebas realizadas en el ensayo general fueron bien, pero todos quedamos con muchas dudas y miedos: éramos conscientes que no habría ninguna colla más en la plaza para ayudarnos y seríamos pocos para formar una piña con condiciones... ¿Y la canalla?, ¿cómo reaccionaría en el momento de la verdad?, ¿se asustaría? 

Fue durante ese ensayo cuando me confirmaron que yo haría de "bajo" en ese primer castell. Me quedé profundamente feliz, agradecido y honrado. Esperaba, ansiosamente, no defraudarles...

Apareciendo en uno de los carteles promocionales, antes de nuestra primera diada. Foto de Isaac

Domingo 6 de septiembre de 2015. ¡Día grande de les Festes de la Cinta! Día en que nos presentábamos a la ciudad que llevamos su nombre.

Tortosa es una ciudad histórica, con mucho folklore y es un emplazamiento referente para el sur de Catalunya. Pero, curiosamente no tenía, hasta entonces, ninguna colla castellera que la representara y, hasta ese mismo día, no se había celebrado (¡nunca!) ninguna diada.

Y allí estábamos todos nosotros para hacer historia, vestidos con camisa blanca (nuestra camisa definitiva, después del bautizo, también será granate... ¡como la bandera de Tortosa!). Allí estábamos nosotros, con nuestras ilusiones y miedos bien prietos bajo la faja.

Vinieron a ayudarnos algunos castellers de Los Xics Caleros, colla hermana de l'Ametlla de Mar.

Nuestro primer destino fue a la plaça Nostra Senyora de la Cinta, allí hicimos dos pilares de 4: uno en honor a la Virgen, frente a su estatua, y otro al terminar la Misa Solemne. Luego nos fuimos juntos hasta la plaça de l'Ajuntament, donde intentaríamos descargar el primer castell... ¡nuestro primer castell!

Llegamos los primeros a la plaza, ¡no había nadie!, aprovechamos el momento para hacernos una foto de grupo frente el ayuntamiento.

Foto de grupo, posando frente el Ajuntament de Tortosa antes de la diada

Recuerdo a Edgar, sentado en el bordillo de la fuente central, ultimando los últimos retoques del croquis de piña con semblante preocupado... Yo me alejé unos instantes, buscando silencio y concentración, consciente de la importancia del acto que debíamos realizar. ¡No podíamos fallar!

Empezó a llenarse la plaza: las autoridades (con el alcalde, concejales, el obispo...), les pubilles, la Colla Gegantera, Cort de Bèsties i Dolçainers de Tortosa y una multitud de personas que se fue resguardando del calor bajo los soportales de la plaza. Al centro las dos parejas de gigantes más clásica: los reyes árabes y cristianos y, a su lado, mi querida Cucafera... "ellos" también querían estar presentes en nuestra primera diada.

Entramos hasta el centro de la plaza, acompañados de la música de les gralles y els tabals. Empezamos a montar la pinya...

Colocados (y ya cogidos) los tres bajos del castell

Una vez todos colocados, entró Cristian al centro, nos cuadró a los tres bajos y dijo a todos unas palabras alentadoras. Ya estaba todo preparado, empezaron a cerrar la piña: nos cogimos los bajos (Manel a mi derecha y Joel a la izquierda), me abrazó por la espalda mi contrafort (Maria Laura), entraron al centro las tres agulles (quedando Albert Esteve frente mío), se colocaron bajo mis brazos les crosses (Kevin a mi derecha y Marina Mora a mi izquieda), se fueron completando el resto de posiciones... uniéndose a la piña varios integrantes de la Colla Gegantera de Tortosa y algún espontáneo del público. Miré a Manel y a Joel y les grité:

-¡Por nuestros cojones que vamos a aguantar este castillo!, ¡cueste lo cueste!, ¡que no sea por nosotros! -Lo reconozco... en esa ocasión fui algo soez, muy alejado de mi estilo más moderado, pero es que la adrenalina la tenía a tope.

Pregunté a mis crosses si estaban cómodas, hice subir un poco a Marina. Ya empezaba a notar la presión por todo mi cuerpo... un enjambre de brazos se levantó encima de mi cabeza, quedé quieto, concentradísimo... esperando la carga.

-¡Humbert, derecha! -dijo Victor. Ladeé mi cabeza hacia la izquierda para que pusiera su pié sobre mi hombro derecho y luego colocó el otro sobre mi izquierdo. Se acomodaron bien los tres segundos encima nuestro y... empezó a sonar el Toc de Castells.

Yo... en el centro de la piña, quedé como encerrado dentro de un búnker: oía lejos y amortiguados els tabals y les gralles, los gritos del cap de colla... Me cogí fuerte de las mangas de mis compañeros y cerré los ojos. Me quedé a "oscuras", como aquella vez en mi ciudad... notando como iba aumentando el peso sobre mí. Me quedé solo (rodeado por tanta gente) como aquella vez en mi ciudad... De repente Albert me dijo:

-¡Ya está la aixaneta arriba! ¡Un poco más Humbert! -a oscuras oí el ahogado griterío del público como si yo estuviera dentro de una piscina... luego noté como temblaba todo el castillo sobre mí al irse descargando.



Foto del primer castell descargado a Tortosa... ¡de nuestro primer castell!, desde el ayuntamiento

¡Y de repente!, se abrió de nuevo el cielo... y el aire trajo a mis oídos una fuerte ovación: ¡Todo había ido bien! Estallamos de alegría, ya no había control después de tanta tensión: todo era júbilo desmesurado, saltos, abrazos, lágrimas, griterío...

¡Y de repente!, se abrió de nuevo el cielo...  ¡y una intensa luz me inundó!, el sol se "abalanzó" sobre mí mientras yo botaba abrazado a mis compañeros. Ese mismo sol que se ocultó ese fatídico 29 de diciembre de 2013... ese sol volvía a brillar con fuerza, hasta lo más profundo de mi corazón, en la misma ciudad que aquel día se me apagó.

Aquí nos quedamos, con esos felices castellers que hicieron historia: por descargar el primer castell en la ciudad de Tortosa y por descargar su primer castell como colla. Luego han venido 8 más: tres 3d6 más, tres 4d6 y dos 3d6a (¡todos felizmente descargados!), completando una primera temporada espectacular y... teniendo yo, el gran honor, de haber sido el "bajo" en todos y cada uno de ellos.

Aquí nos quedamos, con este casteller ahora inmensamente feliz... con este casteller que, por fin, dejó atrás las tinieblas... con este casteller que ahora salta loco de contento, "bajo" ese cálido sol de verano... mientras, sonrisa batiente, levanta su brazo bien alto... como queriéndolo tocar.

Dos escudos, dos ciudades... ¡una misma camisa! ¡Orgullo grana al cuadrado!